Publicado por Vicente de los Ríos en la revista «The Journey» de la Asociación DEC en mayo de 2020
La vida se nos ha complicado de repente. Hemos pasado de ver el coranavirus como algo lejano a la mayor parte de nosotros, a ser un tema que va a cambiar de manera definitiva nuestras vidas. Pero el hecho de que esta pandemia vaya a traer cambios, no quiere decir que esos cambios vengan causados solamente por ella.
Asumámoslo: “no íbamos por el buen camino en muchos temas”. El liderazgo y la experiencia de cliente eran dos de los temas en los que es posible que la pandemia introduzca ese sentido de urgencia que es totalmente necesario para dar un cambio drástico.
Creo que muchos directivos y profesionales habían olvidado que detrás de las cifras que forman el día a día de las operaciones y resultados de su empresa, sus salarios y sus beneficios, estaban personas: clientes, empleados, accionistas, la propia sociedad.
En la literatura de gestión se habla desde hace tiempo del concepto de “líderes people-centric”. Me gustaría desarrollar mi visión sobre cómo lo entiendo yo a través de cuatro capacidades clave que deben tener estos líderes:
- Seguridad: en tiempo de dificultades necesitamos líderes seguros. Por seguros no estamos hablando de personas duras, sin sentimientos o ajenas a los demás, sino que hablamos de personas que, a partir de sus conocimientos y experiencias, y rodeándose de otros, sean capaces de tomar decisiones complicadas, asumiendo muchas veces riesgos, sin temor a fallar. Estamos hablando de personas que sepan entender sus limitaciones y acudan a otros para poder juntos dar respuestas acertadas a lo que requiere el momento.
- Generar confianza: A la seguridad hay que unir la capacidad de generar confianza. Vivimos momentos en los que la desorientación de la mayoría va a ser importante, y necesitamos personas en las que confiar. Personas que apuesten por los valores humanos, que escuchen y que actúen en consecuencia. La cercanía y la comunicación sincera serán componentes claves para generar esta confianza
- Compasión: este es un término que en nuestro mundo empresarial suena raro. Compasión es “sufrir con el otro”. Lo incorporo aquí porque supera a la empatía en intensidad y acción. Solamente si somos capaces de tener compasión por los otros, podremos luchar con todas nuestras fuerzas para mejorar sus condiciones de vida.
- Agradecimiento: vamos a vivir momentos complicados en los que solamente superaremos muchas situaciones por un gran esfuerzo colectivo. Un esfuerzo muchas veces asimétrico, donde una gran fuente de energía vendrá del agradecimiento de los líderes y hacia los líderes. Esta debe ser la gasolina que alimente nuestro sistema de estímulos. Un gran ejemplo está siendo los aplausos de las 20:00.
El ser humano tiene una capacidad infinita de recuperarse de las adversidades. Estoy seguro de que de ésta saldremos siendo mejores individual y colectivamente.